Juan Bautista Alberdi
Uno de los más brillantes hombres públicos y pensadores con que contó América en el siglo XIX. Nació en Tucumán (Argentina) en 1810, el mismo año que estallaba la Revolución en el Río de la Plata y a lo largo de su vida su producción intelectual acompañó buena parte de la etapa inicial de los países del Río de la Plata. Preocupado por el destino de Argentina y toda América Latina, le dedicó a ambas un enorme esfuerzo intelectual en procura de afianzar en el marco de la ley un futuro de paz y progreso, participando con intensidad en muchas de las polémicas que se desarrollaron en décadas tan decisivas.
Realizó estudios universitarios de jurisprudencia en Buenos Aires y Córdoba y muy joven integró el grupo que rodeó - en tiempos del régimen rosista - a Esteban Echeverría, quien fundó en 1835 el Salón Literario y en 1838 la Asociación de la Joven Generación Argentina. Una de sus primeras obras que revelaron su singular y maduro pensamiento fue Fragmento Preliminar al estudio del Derecho (1837) que provocó diversas repercusiones en los círculos políticos de federales y unitarios que por entonces estaban enfrentados radicalmente.
Como tantos argentinos de su tiempo terminó emigrando a Montevideo (1838), participando allí de la lucha periodística contra el Gobernador argentino Juan Manuel de Rosas pero sin adherir a la ideología unitaria, buscando una tercera posición bajo el liderazgo de Esteban Echeverría, también exiliado en la República Oriental.
En 1843 partió junto a su gran amigo Juan María Gutiérrez hacia Europa, visitando varios países del Viejo Mundo, llegando a entrevistarse con el Gral. San Martín en Francia. Al finalizar ese año decidió regresar a América, radicándose en Chile donde también existía un importante número de argentinos exiliados. Allí trabajó como abogado y periodista y en el mismo año que cayó el gobierno de Rosas (1852), publicó su célebre trabajo Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, que incluía un proyecto de constitución, ya que era un objetivo prioritario del Gral. Urquiza dotar al país de un texto constitucional. Dicha obra es considerada una de las fuentes fundamentales de la Constitución que fue aprobada en 1853.
En 1855 partió nuevamente para Europa al ser designado como representante diplomático de la Confederación Argentina ante los principales gobiernos europeos. Finalmente pasó 24 años radicado en París sin volver a su tierra pero manteniéndose como uno de los observadores más lúcidos de todo lo que pasaba en el continente de su nacimiento.
Apoyó el gobierno de contenido federal de Justo José de Urquiza al tiempo que condenó con severidad las políticas centralistas desarrolladas por figuras como Mitre y Sarmiento, siendo también severo crítico de las obras literarias de ambos hombres públicos.
Regresó a su país recién en 1879 cuando el predominio político de hombres identificados con el interior de la Argentina, caso de Julio Roca y Marcos Avellaneda, favoreció el retorno del gran publicista que era reconocido, especialmente por los antiguos federales y los hombres de las provincias, como el principal pensador del país. Logró entonces un acercamiento con Sarmiento pero no así con Mitre quien mantuvo siempre por el gran tucumano una fuerte inquina.
Participó activamente en la discusión de la ley que transformó a Buenos Aires en la Capital Federal del país, separándola de la Provincia de Buenos Aires, lo que ocurrió en 1880. Un año después, abatido por la campaña contra su figura que mantenía el Gral. Mitre desde La Nación, retornó definitivamente a Europa, falleciendo cerca de París en 1884.
De su vasta bibliografía se pueden sumar, a los ya mencionados, los títulos El gigante Amapolas y sus formidables enemigos…. (1842); Elementos de derecho público provincial para la República Argentina (1852); Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina (1854); De la integridad argentina bajo todos los gobiernos; El Crimen de la Guerra (excepcional alegato contra la Guerra del Paraguay, 1870); Peregrinación de Luz del Día en América (1871); Grandes y Pequeños Hombres del Plata (1879); La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual (1880). También se publicaron varios tomos con sus Obras Póstumas.